sábado, 24 de julio de 2010

Cerrado.

Retomando un poco, y con la intención de figurar el cierre de una etapa caracterizada por la imposibilidad, el blog se cierra permanentemente. De ahora en más, nos vemos acá:

http://bisnoto.wordpress.com/

lunes, 22 de marzo de 2010

Hopelandic

Los rayos iluminan el amanecer, riegan los bosques y destilan las aguas, las perforan. Poseo una verdad inconfesable, una que llega a mis pupilas girada, obtusa, como harta; los ecos de una verdad inconfesable, obtusa y espesa. En privado estas cosas matan, y yo necesito un cuerpo vivo, con tejidos y nervios, porque soy un ser sensible al tacto y no puedo perder mi situación. Uno puede negarse a la palabra “retozar”, y puede sentirse feliz de serlo (sic) con el cuerpo activo y lleno de contacto, pero en privado, estas cosas matan. Si se pierde el ritmo en la oración, tal vez haya que cambiar de gafas o de banco. Tal vez de libro o de género. No de rayos, el cuerpo los necesita y el hombre le pertenece, todo él, solo y harto.


Nota: ésta fue una carta, que naturalmente involucró a dos personas. Circunstancias ajenas a lo público me hacen pensar que es mejor publicarla. De esta forma, resulta más un intento brusco de producción literaria, que una declaración de intenciones, y queda sanjado el misterio de la desaparición de M., los celos de J.C., y la infamia que desprende la figura de Julien Suiblond, quien escribe.

viernes, 13 de noviembre de 2009

La Purga

Estamos en un confín del planeta, cagados de miedo.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Scotch.

Cuando Héctor Godoy se sienta en mis sillas, arde en deseos de problematizar conmigo. El epicentro es la funcionalidad arquitectónica, nada hay fuera de los átomos, la ciencia económica, y los valores bien aprehendidos. Leyendo la etiqueta del tabaco, me la crucé a Casas, la futura abogada, y me inquirió. Dijo que ella habla por la OMS, y que nunca será mi novia porque eventualmente me dejaría. Llegó Bruno Klemm, a las 7am, para avisarme que está feliz por mí y ella, pero que aún así debería reelaborar mi juicio sobre las Meditaciones metafisicas, "porque tienen mucho de ozono y tierra lunar". Yo tomé estos desechos, no intenté nada solemne, y seguí con mi vida, que ya es bastante estéril.

martes, 26 de agosto de 2008

Michelle.

"Yo, gloriosamente aislado, me ilumino en la maravillosa incandescencia de mis nervios eléctricos."

jueves, 14 de agosto de 2008

Tomate.

Quiero ser noticia. Quiero morir lavando la cuchara de madera y que los que la dejan sucia con salsa se sientan culpables y se mueran.

sábado, 2 de agosto de 2008

Manifiesto.

Así bailan las hojas -en secuencias- para recordar una vez, cuando no quede tiempo de subir a un planeta, sino nunca, todo esto.



Dijimos A OTRA COSA. Hacia allá apuntamos.
Esto implica dar vuelta a la hoja, no como actitud circunstancial, sino como gesto definitivo, a partir del cual todo queda por hacer. Tenemos medida de nuestras limitaciones. Desde este sitio llamado República Argentina, donde es más fácil puntualizar crisis que aportar perspectivas, donde se vive en contra o en nada, a la espera del advenimiento de un Gran Milagro, nosotros
RESOLVEMOS edificar un nuevo modo de vida con visión de futuro. Tenemos grandes pretensiones.
Aprendemos a medida que hacemos. No somos ni proletarios, ni burgueses, ni oligarcas. Por lo tanto, la sociedad actual carece de espacio para nosotros. Sin embargo, no nos interesa hacer una filosofía del resentimiento y la tristeza. Venimos a crear, no a lamentarnos.
RECHAZAMOS por vanas, las jerarquías y categorías fundadas en torno de lo que se da por llamar izquierda o derecha, con todas sus mitologías a historias colaterales. El pensamiento y la inteligencia son inclasificables. La realidad, una sola: querer que esto siga así, o que cambie.
NO CREEMOS en el Paraíso Social Bolchevique, ni en el Edén del Capital Privado, ni en el mito de las Razas Superiores.
BUSCAMOS ampliar el área de la conciencia, comunicar, saber, amar, esbozar poco a poco una manera de vivir.
Una visión de futuro implica trabajo. Nos limitamos al gesto cotidiano, pero vamos a él con todo. No pensamos imponerle nada a nadie, tampoco permitiremos que nos impongan modos o ideologías que no compartimos.
CREEMOS en el Hombre y en la afirmación de su poder creativo.
El nuestro es un combate de creación.
Una creación que no es privilegio del artista sino que incluye a todo individuo siempre que su posibilidad de elección no esté condicionada.
Nos sabemos fuertes. Nos sentimos fuertes. Trabajamos con nuestras propias herramientas. Queremos que esto cambie. Destruiremos, sí. Arrasaremos, sí. Y también engendraremos. Nuestra rebelión, nuestra juventud, nuestra sinceridad, nos dan la absoluta dimensión de nuestra potencia. La unidad en la acción y la libertad total en la reflexión y creación individuales, serán la ratificación de tal aspiración.
Por eso esta Revista: buscamos conectarnos con quienes comparten nuestro descontento para iniciar el combate y dejar de estar solos.

Publicado en Eco contemporáneo, número 4, diciembre de 1962, en Buenos Aires. Esta revista fue dirigida por Miguel Grinberg, con la colaboración de Antonio Dalmasetto y Oregorio Kohon. Significó, entre nosotros, la primera exteriorización orgánica de la "beat generation".
Héctor René Lafleur y Sergio D. Provenzano, en Las revistas literarias. Selección de artículos., original de 1968, editado por CEAL en 1993.

sábado, 26 de julio de 2008

La revista Centuria.


Existe un piélago de revistas literarias en Argentina que casi no han dejado huella. En algunos casos, se debe a que fueron editadas en provincia (como la revista Entre Nos, creada en 1908 por Victor Juan Guillot en Concordia) y su distribución en la metrópolis porteña fue mínima. En otros, a que se adelantaron a su época y no encontraron un público lector (quizá el ejemplo más relevante sea La Aljiba, 1830, primera publicación feminista argentina). En otros, a que fueron consumidas por sectores populares y por lo tanto no consideradas dignas de estudio por parte de los investigadores (lo cual ocurre con La Ondina del Plata, de 1875, en la que colaboró frecuentemente Eduardo Ladislao Holmberg).
La revista Centuria, cuyos únicos dos números aparecieron en Buenos Aires a principios de 1946, en un típico exponente de esta situación. Con el subtítulo Aventuras. Historia Novela., presentaba una interesante combinación de relatos fantásticos, policiales y de ciencia ficción. En este sentido, podemos compararla con la mexicana Emoción (1934) y las argentinas Leoplán (1933) y Rojinegro (1936), que también presentaban un cóctel de géneros literarios diversos. También incluía artículos sobre historia europea y americana, pequeñas secciones humorísticas, y un extenso artículo (sin firma) sobre viajes interplanetarios. Estaba dirigida por Alfredo Julio Grassi, posteriormente autor de varias novelas policiales para Editorial Acme, bajo el pseudónimo Fred Seymour, y del contario de ciencia ficción Y las estrellas caerán, firmado con su propio nombre.
El número uno, el único que hemos podido localizar, contiene cuantro relatos.
"Espejismo", de Félix Marianelli, puede ser encuadrado en una zona intermedia entre el género fantástico y el relato psicológico. Un peregrino está a punto de morir de sed en un desierto. Divisa un oasis,pero al llegar ve a su amada que lo llama, a la distancia. Va a buscarla, pero a mitad de camino las fuerzas lo abandonan. El relato concluye: "El guía de la caravana nunca pudo explicarse por qué las huellas de ese hombre seguían de largo, por encima del manantial, sin detenerse en él, hasta perderse en el desierto infinito, como si persiguiese algo que huía de él. ¡Espejismo... locura!".
"Pesadilla", de Alfredo Grassi, es netamente fantástico. Se celebra una fiesta en un palacio gigantesco, cuyos límites nadie conoce. Los invitados ignoran el motivo de la celebración, pero prosiguen danzando, frenéticos. De pronto, una escuadrilla de aviones bombardea el palacio y todos mueren. El narrador siente que su cuerpo es consumido por las llamas, y pierde el sentido. Al recuperar la conciencia, descubre que se ha reencarnado en un bebé recién nacido.
"Fantasmas en Middlesex", de Frederick Seymour (pseudónimo de Alfredo Grassi), es un relato policial que, a la manera de Chesterton, comienza proponiendo una interpretacion sobrenatural para el enigma, a fin de crear un clima ominoso, para luego sustituirla por una explicación racional. Tras un asesinato misterioso, hay indicios de que fue causado por el fantasma de un caballero medieval en busca de venganza por la profanación de su tumba. El criminal luego resulta ser un espía alemán, que montó pruebas falsas para distraer la atención de la policía. Sin embargo, hay una vuelta de tuerca al esquema de Chesterton: el relato concluye con el hallazgo del cadáver del espía, que sostiene en su mano un trozo de mármol. El mismo trozo que le falta a la estatua del caballero en la iglesia local.
El texto más interesante es "Quedaron tres tumbas en Venus", de Julio de Luca (pseudónimo de Alfredo Grassi). Es la primera parte de una novela que, según el plan de edición trazado, aparecería a lo largo de tres entregas de Centuria. Como puede apreciarse, quedó incompleta. Sólo fue publicada en forma íntegra en 1967 por Ediciones M.E.S.A, bajo el título Tres tumbas en Venus. El pseudónimo elegido por Grassi fue, esta vez, Fred Seymour.
Está situada en una Tierra futura, después de "la última guerra", que ha diezmado a la humanidad (debe tenerse en cuenta que el texto fue escrito poco después de la Segunda Guerra Mundial). Los ánimos se aplacaron, lográndose un gran progreso científico y la paz mundial. Sin embargo, la población sigue creciendo y los sociólogos vislumbran un nuevo peligro: el hambre. Esteban Miranda, científico y miembro del Gran Consejo de Relaciones Internacionales (que ha sustituido a las inoperantes Naciones Unidas) expone un proyecto de colonización del planeta Venus, donde emigrará el sobrante de población. La entrega concluye con la descripción de los preparativos para el primer viaje, en México.
Si bien no podemos considerar a Centuria una revista de ciencia ficción (la primera en el ámbito hispánico será Hombres del Futuro, aparecida un año después), es innegable que en sus páginas dio abundante cabida a dicha modalisas literaria. Constituye, por lo tanto, un interesante precedente a tener en cuenta para la historia del género en nuestro país.


Carlos Abraham, en Estudios sobre literatura fantástica, Ed. Quadrata, 2006.

viernes, 25 de julio de 2008

Historias de terapia intensiva.


Maistegui, el decano, cayó en coma cuatro el día en que su hemisferio derecho sintió que nada tendría sentido sin el izquierdo.


Así fue como ocurrió, la noche del Horror. Pérez pensaba correr tanto como vueltas tenga la Tierra, hasta que, reflexionando, optó por frenarse en un buen escondite. No pasó demasiado tiempo y todo comenzó a sacudirse de nuevo; Pérez lo sentía en el pecho, pero se mantuvo firme, ese era su deber. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, resurgió con la decisión de una bestia moribunda y la encerró, le dió dos vueltas a la cadena, le puso candado y se tragó la llave. Cuanta serenidad había hoy en el corazón de Pérez, hoy era de cubitos de John Wayne, de helado de Pete Sampras. Allí estaba, roja detrás de la puerta, intentando aún fustigar la calma que Pérez buscaba desde hacía ya medio lustro: ¡la ilusión! de que todo va a salir bien. Cuanta felicidad se amontonaba en su nueva vidita. Se habría un mundo nuevo con esa sonrisa. Sin embargo, la ventana Pérez, la ventana...


Una tradición, la prolongada espera de la gente de Shareville, los sharevillanos. Cada mañana se levantan bien temprano, desayunan la cena con las noticias, escuchan "Surfer Rosa & Come On Pilgrim" mientras reescriben sus testamentos, y marchan expectantes al lugar consensuado, pero nunca (NUNCA) pasa lo que debe pasar. Simpático. Sin embargo, un día, entre medio de no sé cuantos días, pasó, pasó lo que debía pasar, y sorprendentemente todos todos hicieron como si no pasaba nada. Excepto uno, que aquí está, bastante golpeado.

jueves, 24 de julio de 2008

Capítulo 33

-Buenas noches. Pasaron diez minutos de las cero horas. Tenemos una temperatura de 7 grados, una sensación térmica de 4 y una humedad del 70 por ciento. Estamos en "Certezas", por FM 2026. Me llamo Guinzberg y soy judío. Recuérdeme algo: ¿usted es judío?
-No, señor.
-¿Cómo se llama?
-Fernández, señor.
-Sí, pero usted es judío.
-Cualquiera es un Fernández, señor.
-¿Y usted cree que nos quedan algunas certezas, Fernández?
-Algunas.
-Hagamos un inventario de certezas. A ver. ¿La democracia?
-Sí, obviedades. La democracia, la equidad, la lucha contra los dogmas, el cabernet sauvignon.
-No venimos a traer aquí la verdad.
-A lo mejor venimos a traer algunas verdades.
-¿Hay muchas?
-Muchas.
-¿Y tenemos alguna esperanza?
-Una sola.
-¿Cuál?
-Que nos dejen pelear alguna vez la batalla que perdimos sin pelear.
-Ah, la pucha, ¿no será mucho?
-Puede ser, puede ser.
-Acá recibimos el primer llamado de un oyente. Es Fiore, de Palermo. Dice: "¿Por qué no se dejan de decir boludeces y ponen un disco de Creedence?". Vamos entonces con "Algún día nunca llegará", de Creedence, y volvemos con nuestras certezas.

Fernández

Niebla.


The fog comes
on little cat feet.
It sits looking
over harbour and city
on silent haunches
and then moves on.

Carl Sandburg

martes, 22 de julio de 2008

Cuando las ideas no llegan...


...siempre está el minimalismo...



...el self-portrait en el ascensor...



...lucecitas así...



...y algo que guste sin gran esfuerzo.

lunes, 21 de julio de 2008

Pop.

Matías, un alterego, escribió un relato repleto de datos innecesarios. Me lo encontré en un sueño y me dijo que no sea boludo, que no le toque nada y que espere unos años, a que pase un cometa u otra cosa importante, como un tren bala, y que ahí me iba a dar cuenta. Me dijo de nuevo que no sea boludo, y que me tranquilice. Luego Matías desapareció, y yo me olvidé de todo, hasta hoy, cuando de un globo aerostático me gritaron “Hello! How are you?!” y yo respondí, “Great!”.

Sobre las cosas que de verdad importan y sobre las que no tanto.


La lluvia había comenzado hacía quince minutos y Lars estaba completamente mojado cuando llegó. Le dijeron que suba a ducharse, que tome ropa seca de la habitación de huéspedes y aguarde por un té de limón en la sala. Le aseguraron con énfasis que no se arrepentiría y que sería una persona completamente nueva en cuanto bajase.
Lars, que se había enamorado, movió la cabeza, como diciendo que no.

miércoles, 16 de julio de 2008

I. First breath after coma.

Las horas en la noche se consumen como un best-seller: rápido. El micro va semivacío, y pienso, sin intentar evitarlo, en una historia de terror, con monstruitos feos que salen de las sombras, cosas sanguinolientas y lo suficientemente lentas como para darte tiempo a pensar en lo fácil que se rasga la piel, en la carne. "La Cosa" fue una película gloriosa.

Un amigo, un compañero de facultad, hablando días atrás sobre metafísica -una charla inerte-, me preguntaba extasiado: "¿no te gusta pensar que todavía quedan misterios en el mundo, realidades alternas, desconocidas?". Bueno, yo creo que sí, siempre, aunque no transmita esa sensación; desde chico, mirando por la ventanilla del micro en plena madrugada, achinaba los ojos buscando pruebas fehacientes de la existencia de ese otro mundo, el que no salía por TV, el de las serpientes que hablan, los gnomos, los gatos ilustres. Me imaginaba luchas a muerte, guerras entre los árboles, a puño -o pata, o garra, o algo- limpio, y pensaba en las redes y ciudades subterráneas, el tráfico de pociones mágicas, en una princesa, muy parecida a mi novia de primer grado, a la que podría cortejar sacándome el sombrero y besándole la mano. Por eso aún viajo de noche, porque es increíble, más que leer a Wittgenstein. De día nunca viajar fue lo mismo; me ponía a contar vacas, me descomponía y vomitaba en el piso del ómnibus. El vómito se corría progresivamente por debajo de los asientos y generaba una suerte de reacción en cadena que nadie podía obviar. Y abrían de mala gana algunas ventanas. Yo lloraba, y ahora siento una pena enorme.

Es estúpido viajar y no sentir el viento, es un hábito burgués.
Como si mis pensamientos se encarnaran en un cartel verde fluorescente, un nene avispado abrió una ventana y se ríe. La gente escandalizada, porque debe. Un monstruito.

*** ***

Frena y cada vez más lleno. Me hace mal.
Colón. Falta una hora; llego y amanece. Amanece y desayuno, así me siento radiante.
Los entrerrianos son gente serena. Atomizada, para evitar morderse; esa soledad tan enarbolada esconde un odio muy arraigado, hacia los otros y hacia sí. Es aislamiento, como el de Osho, sólo que él hacía algo más productivo; producía. Juliano me contó de un tipo, profesor suyo, que explicaba la ola de suicidios en Nogoyá con argumentos "elevados". Nogoyá está en un pozo, el único en Entre Ríos, y por esto se acostumbra a profetizar inundaciones y colas de tornado en la zona. El señor, perito de la policía provincial, argüía además que esta falla geográfica resulta un factor clave para explicar la elevada tasa de suicidios; en efecto, decía, existe una sustancia llamémosla X en el aire, que, por su peso, se acumula en áreas aisladas y bajas. La sustancia funcionaría como un pro-depresivo, y aumentaría las posibilidades de cometer el suicidio. A nosotros, a mí y a Juliano, siempre nos pareció una locura, pura especulación. A él más, que incluso me tildaba de "iluso" e "infantil" por mi mundo de fantansía. Curioso. Juliano ahora está varios metros bajo tierra. Y yo, por 45 segundos logré ser lo que nunca fui: nadie. Y cuando a las semanas abro sin querer los ojos, uno y otro, en pleno divorcio, echándose la culpa, y Andrea, con su ausencia, confirmando que es definitivamente una ex y que ya no le importo, para nada.
Desechables. Yo soy desechable. Ni querido ni odiado. Ni nadie. Desechable.
Frente al horror, hay un momento en el que la racionalidad no tiene lugar, ni la abstracción, ni el consuelo; sólo hay conciencia. Ella lastima. Todo lastima.

Emprendí este viaje para acabar un libro y para desaparecer. El libro se llama "Viaje directo a la Tierra" y alude a un millón de cosas. Mi desaparición, la libertad; la obra más grande del siglo XXI. Y comienza con una medialuna.